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El sonido del silencio


Por: Paola Vides


Las redes sociales son, en la actualidad, uno de los medios más importantes para comunicarnos, para estar conectados y estar cerca de quienes queremos. Aún a la distancia.


Pero también es cierto que las redes sociales muchas veces nos distraen o nos hacen enfocarnos en aquello que quizá no es lo más importante.


Llegué a un momento de mi vida en el cual sentí que era necesario el silencio, decidí alejarme un poco del ruido y de la distracción que las redes sociales me estaban produciendo. No les mentiré, fue una clase de “sacrificio” para poder escuchar realmente lo que mi voz interior me estaba diciendo.


Actualmente me encuentro en un “detox” de redes sociales, el cual consiste en no entrar a ninguna de mis redes por 40 días. Lo cual ha sido un reto porque siempre he sido muy activa y me encantaba compartir mis aventuras e historias cada día. Pero, me di cuenta que al hacerlo me obligaba a mantener un estilo de vida perfecto, a que siempre tenía que estar de cierto estado de ánimo y, seamos honestos, no siempre puede ser así.


Fue esa realidad que me hizo tomar esta decisión que me ha hecho muy feliz y me ha traído mucha paz. Ese silencio, esa soledad, y lejanía que me ha producido estar fuera de las redes, me ha dejado grandes aprendizajes que hoy quiero compartir con ustedes.



  1. Enfócate en ti y en tu presente

Ese tiempo que cada día destinaba desde que despertaba y veía chats sin leer, cuántos nuevos “me gusta” tenía mi última foto o veía los comentarios, ha sido un tiempo que me ha servido para pensar en mi, en enfocarme en lo que me propuse cada día o leer algo que me interesa para seguir creciendo.


  1. La quietud trae sorpresas

Muchas veces al ver fotos e historias de otros, uno se llena de ruidos, de problemas inexistentes, de deseos que no son propios o se motiva a acciones que ni siquiera queremos hacer porque “los demás lo están haciendo”. Es por eso que esa quietud me ha permitido entender qué quiero yo de mi vida y cómo cuidar de mi misma de formas inesperadas y creativas que, quizá no hubiesen llegado si siguiera enfocada en la vida de los demás o mostrar cómo “es” la mía.


  1. La sabiduría de escuchar

Para mí, el escuchar no es un don que se me de tan fácil. Normalmente estoy siempre hablando o haciendo cosas que incluyen expresarme de una forma u otra. En este caso el silencio me ha permitido escuchar más, nutrirme de lo que otros pueden compartir y eso me ha enseñado mucho más de lo que yo puedo compartir con los demás.


No solamente la gente cercana, mi familia y amigos que me hablan por teléfono, por whatsapp o me visitan me han traído grandes aprendizajes en este tiempo, sino también he escuchado mi voz. He entendido mucho más de mi visión de la vida actual de lo que yo pensaba, además he reconocido cambios que son necesarios hacer.


También identifiqué cosas que son importantes que se queden conmigo porque son parte de mi identidad y me dan esa esencia que me caracteriza.


Así que pensando en cómo ha sido mi experiencia de este tiempo de “silencio” en redes, puedo decir que me ha permitido escuchar un “sonido” importante de transformación. Hay muchísimo material en internet, puede ser material que nos enseñe y nos ayude a mejorar pero, ten cuidado con lo que consumes, ya que también hay muchas cosas que nos cargan.


El estrés, el cansancio, la ansiedad, el desánimo y más. Son síntomas de aquello que consumimos y, sin darnos cuenta, nos están afectando de forma negativa. Sentir que no tienes el trabajo más exitoso, la relación perfecta, el cuerpo ideal y todos estos estereotipos que nos bombardean todo el tiempo pueden generar desánimo, depresión y hasta ansiedad por querer comparar mi vida con la de los demás.


Pues bueno, hoy te invito a intentar el detox, ¿40 días es mucho? talvez suena a “mucho tiempo”, pero te invito a que intentes un día sin redes sociales e identifiques ¿qué fue distinto ese día?' y ¿cómo te sentiste con ello?


En mi caso en lugar de ver mi celular 5 minutos cada cierto tiempo, salgo al jardín, a ver el cielo y el sol en mis pausas activas y creéme que he sentido un gran cambio en esos momentos de paz y cuando regreso a la computadora al trabajo, siento que me recargue de energía y puedo concentrarme más.


Te recomiendo descansar también. Te aseguro que cuando llegamos a la noche, tu cerebro ha tenido suficientes estímulos y todavía ver el celular antes de cerrar los ojos, quizá no sea la mejor forma de prepararnos para descansar. Dicen que por no descansar bien, es que tenemos cansancio crónico y estar cansados no nos ayuda a tomar las decisiones correctas, a actuar como queremos, a manejar mejor el estrés mejor y otros beneficios.


Así que hoy te invito a que antes de dormir, en lugar de ver redes, intentes escribir en una libreta ¿Qué cosas positivas te pasaron en el día? y haz una lista. Eso es la felicidad. La felicidad no es un destino, la felicidad son micromomentos que vivimos cada día en los que sentimos esa satisfacción pequeñita, pero vale la pena ese reconocimiento, porque es lo que te va a demostrar que sí estas feliz HOY y que no es una tarea para mañana.


Este es un viaje nuevo para mi también, aún faltan algunos días para terminar este periodo de lejanía, así que seguramente vienen algunos aprendizajes más, yo les contaré cómo termina esta etapa que me he atrevido a vivir.


Quizá te animas a intentar también este “silencio”, esta quietud y luego contarme qué enseñanzas te ha dejado.


Y tú, ¿Te atreves?


Te reto con cariño,

Pao


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